jueves, 11 de septiembre de 2008

THE HIVES en chile 10.09.2008

Esta es la historia de cinco chicos de un pueblito muy lejano cruzando las colinas suecas que un día se embarcaron en un camino de depuradas guitarras y ritmos de locomotora. The Hives es considerado actualmente una de las mejores presentaciones en vivo que se pueden ver en el circuito mundial de rockshows, su histrionismo impresionante y años de trayectoria convierten al quinteto no solo en un entretenido espectáculo, si no también en un combo de explosión imposible de controlar.
Eran las 9 en punto y un eufórico grito "Santiago Chile!" daba inicio al rockandroll, los chicos entran en acción detonando la locura inmediata en el publico con su inconfundible e irónico formalismo (que a estas alturas ya es una marca registrada) y es que cuando se tiene un frontman capas de moverse, saltar, gritar y correr por el escenario es un plus muy grande a la hora de entretener al publico, pero si a eso le sumamos un hedonismo de proporciones bíblicas puede ser fatal. No es el caso de Howlin' Pelle Almqvist, un tipo que controla y maneja al publico como lo hacían las grandes estrellas de antaño; pidiendo aplausos, haciendo caras y lanzando besos a la tribuna de una manera tan agradable que llega a ser humilde, y es que el secreto de su formula es la ironía, desde sus uniformes hasta la postura de rockstar. Con letras agudas que escupen a la cara, y un español bastante fluido motivó la escena y hasta pregunto por el partido de fútbol, un hombre (que creo habla por toda la banda) de una gratitud enorme.
"Les gusta el rock rapido?" preguntaba desafiante y altanero con un acento notoriamente improvisado sin siquiera soltar su corbata ni desabrochar un botón de su monocromático traje, y es que un tipo con tanta energía no se ve satisfecho con nada, pedía y pedía aplausos, gritos y todo tipo de demostración adolescente de euforia. Pero tras un gran frontman siempre hay una gran banda, y Chris Dangerous merece mención especial con su estilo de baterista sunshine de los cincuenta con cigarro en boca y dando piruetas de pie. Nicholaus Arson no se queda atrás, igual de histriónico que su hermano lanzaba escupitajos al suelo y coqueteaba con las señoritas como un psicópata enfermo participe de la trinidad de cuerdas junto a Vigilante Carlstroem, un gordo galán que con sutileza y elegancia sabe lo que es el rock, y Dr. Matt Destruction le da la solides al quinteto para controlar la explosión que dan segundo a segundo en un concierto interactivo de gritos y saltos.
Un show impresionante de principio a fin, cientos de uñetas al aire, decenas de baquetas al publico, escupitajos al suelo y una hora y media de melodías destructivas que se hicieron muy poco incluso siendo miércoles, pero como quedar satisfecho con unos anfitriones de esa magnitud?.

1 sabios comentarios:

Autumn almanac dijo...

The Hives ... impresionante , aunque habria sido mejor si mi mano hubiera alcanzado a tocar a Howlin *o*