Conor Oberst era un chiquillo que pasaba su adolescencia en Nebraska haciendo música en el sótano de su hogar. Lo registraba en cassettes con una disciplina y una fé que ya se la quisiera cualquiera.
Una colección de canciones escritas y grabadas entre el 95 y el 97 con mucha guitarra acustica, teclados, juegos de atonalidad en las voces y pistas secuenciadas.Esto vendría siendo como el primer disco oficial del proyecto Bright Eyes.