Una pequeña reseña de lo que es Inflamable por Alejandro Pino, vocalista de Jirafa Ardiendo, que encontre en la red.
Con algo más de nueve meses de gestación, la banda rock Inflamable ya ha dado un par de pruebas sobre el escenario, que han hecho girar la cabeza de los seguidores de la escena “indie” nacional. Es inevitable. Cualquiera que se tope con la perfomance del grupo se encontrará con tres tipos energéticos rodeados de sus instrumentos, conformando un laboratorio de sonido in situ. Y eso hace que uno no pueda despegar los ojos ni los oídos. Inspirados por Nikola Tesla y sus eléctricos inventos vanguardistas (que algunos desearon y robaron), tienen en la ciencia y en sus aplicaciones sónicas un norte que influye directamente en sus composiciones. “Basados en un modelo de ondas como elemento básico e influenciados por la obra de tesla, hemos creado nuestros propios instrumentos sonoros generadores de ondas análogas que usamos en nuestras composiciones musicales”, explica Juan Manuel Fluxá, guitarrista, tecladista y ampolleta de ideas a la hora de crear extraños aparatos musicales. La formación la completan el baterista Fabián Dávalos y Carlos Vargas en guitarras y teclados, uno de los puntales de Yupisatam.
Pero ¿qué música sale de sus cerebros? Se autodeclaran partícipes del rock con matices experimentales, aunque el caleidoscopio sónico parece aumentar el espectro. Tienen mucho del noise, electrónica y de la improvisación cuidada, heredada de lo progresivo. Su baterista -de golpes certeros y potentes- crea perfectos colchones de cimbales. Ellos soportan las melodías de la guitarra y del teclado análogo, acostumbrados a usar para solventar la desaparición del bajo eléctrico. Y rodeando todo aquello, tal como haces de luz recorriendo el aire denso, se hacen escuchar sus nuevas cajas de sonido, inventos perfectamente complementados a intervalos con voces de melodía cuidada. Mezcla total que sin duda huele a futuro.
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